Pintura

Rosso, José Desiderio

Buenos Aires
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Nació en Buenos Aires el 13 de setiembre de 1898 y falleció en la misma ciudad el 15 de abril de 1958. Pintor autodidacta, integró el grupo fundador de la Agrupación Impulso. Expuso individual en la Intendencia de Buenos Aires en 1952, Agrupación Impulso en 1941 y Galería Müller en 1953 Concurrió al Salón Nacional desde 1937, salones de La Plata, de Arte de Buenos Aires, Otoño de Rosario, Rosario, Anual de Artes Plásticas de Rosario, Santa Fe, Tandil, Mar del Plata, Rojas, San Rafael Mendoza, Córdoba, Pergamino, Lomas de Zamora, Quilmes, Avellaneda, Bahía Blanca, Municipal y Municipal de Otoño de Buenos Aires, La Rioja, San Fernando a otras muestras colectivas. Obtuvo Primer Premio en el Salón del Ateneo Popular de la Boca en 1937. Premio Servicio de Obras Públicas de Buenos Aires en 1947, Mención Honorífica en 1951 y Premio Adquisición en 1956 en el Salón Nacional. Primer Premio en el Salón Municipal de Quilmes en 1942. Tercer Premio en el Salón de Tandil en 1952. “Botes aislados, veleros en lejanía, muelles sobrecogedoramente silenciosos, canoas, calesitas, calles desiertas, la Costanera, la Boca, la Vuelta de Rocha, las costas de Quilmes, el Riachuelo manso en la quietud de repetidos atardeceres, y ese lúgubre puente de hierro negro al fondo que todos conocemos como una postal antigua, es lo que Rosso nos ofrece en poético testimonio. La nostalgia que circula por algún recodo de la Isla Maciel y se pierde en los callejones del suburbio. También, la melancolía de las tardes, la devoción por lo cotidiano y lo corriente, por los tipos y los temas austeros y por las costumbres populares, los cafés, el mercado, los oficios modestos, la pesca, la carrera de sortijas, plasma con un criterio verista y despojado. Vivió siempre en La Boca. Pintó directamente al natural, al aire libre, mediante una técnica espontánea, llena de frescura, de gracia y, con suma frecuencia, de refinamiento. Lo que vemos son instantes detenidos de su paso atento, la imagen como testigo. Hay en Rosso una pureza, una sinceridad que se manifiesta con esa difícil sencillez que solo alcanzan los que tienen jerarquía y vocación”, Diario El Pueblo, 18 de noviembre de 1954.