Nació en Buenos Aires en 1931. Egresó de las Escuelas Nacionales de Bellas Artes Manuel Belgrano,Prilidiano Pueyrredón y Superior Ernesto de la Cárcova. Formado por Ernesto de la Cárcova, Troiano Troiani, Alberto Lagos, Alfredo Bigatti y José Fioravanti. Patrocinado por el Fondo Nacional de las Artes, viajó por estudios a España, Italia, Suiza y Francia. Ejerció la docencia en la Escuela Nacional de Bellas Artes Manuel Belgrano y Escuela Nacional de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón. Comisario del envío argentino a la Bienal de Venecia en 1989, cofundador y vicepresidente de Fundart. Obtuvo el Primer Premio en 1996 y Tercer Premio en 1987 en el Salón Municipal Manuel Belgrano, Premio Espíritu de Grecia de la Embajada Griega en Argentina en 1990, Gran Premio de Honor en 1987, Segundo Premio de Escultura en 1976 y Mención de Honor en 1965 en el Salón Nacional, en 1983 se inaugura su Monumento al Inmigrante, en Arrecifes, provincia de Buenos Aires. “Pertenece a la generación que rompió los moldes del academicismo para incursionar en una visión contemporánea de la escultura. Siguiendo esta premisa, en los años 1950 Vinci integró el Grupo del Sur. Dentro de ese colectivo creativo, comenzó a definir un estilo influido por la abstracción más con fuertes improntas antropomórficas y elaboraciones en donde lo humano se funde a elementos de la naturaleza y desde entonces, su obra ha sido un constante ir y venir por materiales como arcilla, chapa, madera y metales en formulaciones que van desde miniaturas hasta obras monumentales”, (Diego Marinelli). “La figura humana es siempre protagonista de sus obras. Leo Vinci hace en cada una de ellas una original indagación visceral que tiene que ver con las formas del cuerpo, los rasgos faciales y las posiciones que adoptan sus figuras. Apunta así hacia una concepción trascendente de la vida a través del arte. Su mensaje humanista se evidencia en el sentido ético que alienta sus trabajos, tal como lo ha puesto de relieve a lo largo de su obra. Su gran oficio le permite dominar la materia que utiliza, dándole un vuelo plástico. El mármol, la madera, el poliéster, son materiales dúctiles en sus manos y adquieren entonces una dimensión espiritual que nos conmueve”. (Fermín Fevre).